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Álex Rins y Álex Márquez, según sus técnicos

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10 de octubre de 2013

Rins tiene «un talento innato» y Márquez «siempre llega con una sonrisa»

Los técnicos de ambos pilotos describen a sus respectivos pilotos, con los que a lo largo del año comparten numerosas horas de trabajo, convivencia y viajes.

Durante la temporada de Moto3, Álex Rins y Álex Márquez pasan mucho tiempo junto a su equipo técnico, ya sea en el circuito, en el hotel o en el aeropuerto. Tras tantas horas de convivencia, ingenieros y mecánicos forman con sus pilotos una pequeña familia y todos llegan a conocerse a fondo, tanto dentro como fuera de la pista, así que ¿quién mejor que su propio equipo para hablarnos sobre Álex Rins y Álex Márquez?

Piloto y persona

Rins : «Tiene un talento innato». Su jefe de mecánicos, Carlos Pérez, lo tiene claro y destaca por encima de todo el potencial del joven piloto. En el ámbito personal, su equipo le presenta como un chico tímido, pero sólo hasta que coge confianza… «Delante de las cámaras se le ve un poco cortado, pero con nosotros está muchísimo más suelto, siempre está haciendo bromas», asegura su telemétrico, Gonzalo Carrasco.

Márquez : Sus mecánicos coinciden en definirle como una persona alegre. Javi Ortiz, encargado de la logística del equipo, es un claro ejemplo: «transmite felicidad. De buena mañana, siempre llega con una sonrisa». A lo que uno de sus mecánicos, Jordi Castellar, añade «es una persona muy valiente, porque tiene la presión de ser el hermano de quien es. Pero no podemos olvidar que sólo tiene 16 años, es un niño. Sin embargo, él nunca se rinde. Las cosas pueden ir mal, pero cuando vuelve a pista, él mismo se pone las pilas sin tener que decirle nada».

Un momento especial

Rins : Oriol Gatell, uno de sus mecánicos, que le acompaña desde sus inicios en el Campeonato de España, reconoce que Rins le «impresionó desde su primera prueba en el CEV. Llegábamos con un proyecto nuevo y Álex ganó la primera carrera, por delante de Maverick Viñales y Miguel Oliveira. Él tenía 14 años y recuerdo que en el podio los tres parecían de la misma altura, pero era porque él estaba en el escalón más alto y los otros dos en los más bajos».
Márquez > También desde sus inicios en el CEV, Xavi Palacín, su jefe de mecánicos, acompaña al pequeño de los Márquez, y de este camino que han recorrido juntos guarda especialmente un par de recuerdos. «Ganar el Campeonato de España fue el mejor momento desde que estoy con él, seguido de la carrera del GP de Catalunya del año pasado en la que, siendo un wild card, hizo un gran papel, llegó a ponerse segundo y luchó por el podio hasta la última curva».

Algo por mejorar

Rins : «Como tiene mucho talento y todo le sale solo, hasta el año pasado tenía pendiente exigirse más a sí mismo, no conformarse», asegura Edu Rubio, uno de sus mecánicos. «Pero esta temporada ha cambiado mucho, está más centrado y trabajador, y parece que sabe mejor qué quiere en cada carrera».

Márquez : Según Guille Carrillo, uno de sus mecánicos, Márquez aún tiene margen de mejora y una de las claves que apunta su técnico es «anticiparse a lo que pueda pasar en las últimas vueltas, gestionar mejor el final de carrera. Pero esto es algo que tiene que ir viendo él mismo en las carreras. Le tienen que pasar cosas y que le adelanten para que aprenda y en el futuro sepa cómo afrontar estas situaciones». A lo que Gerold Bucher, telemétrico del equipo, añade que «en las últimas carreras Álex ha hecho un paso de gigante, cada vez tiene más experiencia y es más constante», no en vano ha conseguido subir al podio en 4 de las últimas 5 carreras.

Una anécdota

Rins : «A veces es un poco despistado», desvela Javi Ortiz, el encargado de la logística del equipo. «Por ejemplo, en Mugello perdió las llaves del scooter que usamos por el paddock y todos nos pasamos un buen rato buscándolas, hasta que Álex se dio cuenta de que las tenía él mismo».

Márquez : Jordi Castellar recuerda que Márquez acabó eufórico los test que el equipo realizó en el circuito de Mugello el pasado mes de junio. «Después de entrenar todo el día, se bajó de la moto gritando ¡qué bien hago las Arrabiatas! ¡Y no estoy cansado, estoy como un toro! Pero cuando llegó la noche no aguantó más y se durmió en seguida».